Ya está dicho y redicho que Sasha Grey, por muchas pollas que se coma, siempre consigue escapar al cliché de la pornstar de toda la vida. Sus inquietudes artísticas probablemente tengan origen en una pedantería evidente, como lo de fotografiarse leyendo a Dostoievski o Sartre y colgarlo en Twitter, pero es innegable y no podemos ignorar que esa pose ha dado grandes frutos. No solo la hemos visto en cine independiente de la mano de Steven Soderbergh, sino que también hemos comprobado como protagonizaba piezas pornográficas más cercanas al arte de lo que ninguna otra actriz porno ha estado jamás.
Y siguiendo en esta línea Sasha ha publicado recientemente Neü Sex, un libro fotográfico en el que se recoge lo que ella llama una «necesidad de documentarme» y lo hace de la forma más orgánica, sin ningún tipo de control estético sobre un buen montón de fotos tomadas por sí misma, por su novio Ian Cinnamon y por otras decenas de amigos y conocidos que no necesariamente han tenido alguna vez una cámara profesional en sus manos.
La siguientes fotos no pertenecen a Neü Sex.
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