El mundo del porno profesional y del amateur se han entremezclado en los últimos años debido a ese escalafón intermedio, el semipro, que sirve para que gente con pocos recursos técnicos pueda rodar sus escenas de una manera más o menos planificada para venderlo en plataformas digitales y vivir de su trabajo autónomo. Lo que no habíamos previsto es que, además de servir de trampolín para starlets desconocidas, el semipro también funcionaría como una especie de santuario profesional para estrellas de primer nivel. Un lugar al que acudir entre un contrato y otro para conseguir un sobresueldo y ofrecer, de paso, porno de un aspecto distinto al habitual. Es el caso de la aparición más reciente de Natasha Nice y Vanessa Cage en Family Therapy, dos auténticas starlets de la industria en un trío POV que podría haber rodado cualquiera con un móvil y una conexión a internet.
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