Rissa May volvió a Hard X con un número anal de órdago. Lucas Frost, por su parte, no se andó con chiquitas. Primero se encargó de estimular el coño de la joven con la boca y los dedos como si no hubiera una mañana, generando un ruido a caldibache que parecía que iba a desembocar en un squirt a modo de aspersor del Camp Nou. Un punto álgido de la escena es cuando Rissa se pone en posición de vaquera invertida, mientras que el cambio de cavidad delantera a trasera fue el golpe de gracia, con el ojete plenamente receptivo y la vagina abriéndose y cerrándose durante las acometidas. Y la mirada fija de Rissa quemando la retina de los espectadores durante todo el metraje. De hecho, parece que han aumentado tanto su peso como su lujuria de un tiempo a esta parte.

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