Anya Olsen

La hornada de pornstars nacida después de 1990 parece tener en común, en casi todos los casos, un rostro inapelablemente bello y en cierto modo natural. Es una generación de chicas guapas de una manera cercana, sin artificios y sin piruetas de maquillaje ni cosas extrañas. Una gran representante es Anya Olsen: su sonrisa es enorme, luminosa, y sus tremebundos ojazos azules la convierten en uno de esos casos fascinantes en los que, durante sus escenas, el pornófilo acaba observando con mucha más atención su delicioso gesto y su expresión estática que el resto su anatomía.

Por lo demás, Anya presenta el aspecto de una bailarina de ballet, un cuerpecito esbelto, firme y de un tono pálido hermosísimo que la hacen ideal para estilo como el glamcore o el gonzo de producción sofisticada como el de Greg Lansky en Blacked o Tushy. Allí ha rodado ofrecido sus mejores trabajos, aunque su base de fans también ha crecido gracias a otro punto en común de casi todas las starlets de su edad: un dominio preciso en el ámbito de las redes sociales como herramienta de promoción.

Su extrema adorabilidad es lo que le ha ayudado a erigirse entre una de las teens más prometedoras de la industria norteamericana, con nominaciones como mejor actriz revelación en los premios AVN y los XBIZ tras su primer año en el oficio, y un valioso ejemplo de que en el porno, por increíble que parezca, también trabajan personas normales y saludables.

Procedencia
Oneonta, Nueva York, Estados Unidos
Edad
29 años (27 de septiembre de 1994)
Color de pelo
Castañas
Altura
160 cm.
Etnia
Blancas
Tetas
Pequeñas
Tipo de tetas
Tetas naturales
En activo
Desde el 2015
Páginas
Twitter

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