Miami (Baby Doll) visitó los estudios de Private con su apetito sexual intacto para disfrutar de un festín de carne con Yanick Shaft y Lorenzo Viota. El primero se disfrazó de doctor —ese cliché eterno que nunca muere—, y la primera impresión fue clara y precisa, la nena necesita un buen termómetro para medirle bien la temperatura —o dos—. Y es que aparece el novio celoso, pero no pasa nada, pronto se forma el trío de marras y se suceden los dedos encharcados, mamadas a cámara lenta y a todo trapo, anal a tutiplén y una DP que deja a la rusa con la sonrisa de quien se ha ganado un buen postre. Gafas extragrandes, cuerpo y rostro que invitan al pecado y el coño más brillante que una joyería en periodo navideño, Miami se mueve como si tuviera un metrómono en las caderas; pura hambre, puro porno.

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