Lily Starfire, una georgiana de solo 1,53 metros de altura y curvas abundantes aspira a ser la «Top Black Girl» del porno actual. Con unos melones naturales como principal reclamo y un culo que parece sacado de un video de la rapera Megan Thee Stallion, Lily, más que actuar en las escenas, las incendia, haciendo honor a su apellido. Desde que entró en la industria en 2022, esta hija de padres nigerianos ha dejado claro que no está para tonterías. «Entre actrices, no hay solidaridad, solo competición», dijo al respecto. Porque cuando tienes un cuerpo llamativo, la envidia es inevitable, más aún cuando confiesa que nunca ha ido al gimnasio hasta hace poco. De stripper a estrella del porno gracias a un encuentro casual con Kendra Wilkinson, Lily ya tiene más de ciento setenta escenas y un ejército de fans que se derriten con sus confesiones: «Me gusta que me den duro con una buena polla».
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