La llegada de internet supuso una arma de doble filo para el porno. Por un lado, nunca había tenido tanta difusión, pero por otro lado, el negocio se fue de las manos. En un principio, en los USA trabajaban en la clandestinidad, pero no faltaron políticos con el símbolo del dólar en los ojos y lo legalizaron con la excusa de los derechos civiles y la libertad de expresión, a pesar de los sectores conservadores que todavía, a día de hoy, abogan por su prohibición . Su exhibición estaba restringida a las salas X y, por tanto, el control era total.
Entonces llegaron los soportes físicos domésticos, y lo que en los primeros años fue una edad dorada, con las mejoras de las tecnologías que permitían las copias al margen de las producidas industrialmente, supuso un jarro de agua fría. La World Wide Web ha facilitado la creación de nuevas ocupaciones, como la de actores y actrices porno al margen de las productoras establecidas; quizás por la autogestión y para quedarse con la mayor parte de las plusvalías. En Marzo de este año, Stella Barey (a la que ya le dediqué una entrada), una afamada estrella alternativa de este nuevo mundo, rodó a las ordenes de Tushy, y recientemente una compi llamada Lily Phillips, con un nivel de popularidad «internetera» similar, acaba de publicar en Blacked. No se trata de una claudicación, sino de una colaboración interesada; por una parte, ella consigue promocionarse fuera de su ámbito y la productora se ahorra el paso de dar a conocer a una desconocida.
Lillian Daisy Phillips, nacida en el julio del 2001 en el Reino Unido. Estando en la universidad, el éxito de su cuenta de Instagram la animó a abrir otra en OnlyFans, y como también hiciese la Barey comentada en el titulo, se empezó a promocionar con escandalillos alimentados por la prensa sensacionalista. Después de lanzar el reto de grabar con 100 tipos en una sola sesión, apareció por YouTube llorando, y no es que estuviese arrepentida, todo lo contrario, porque les pedía disculpas a los asistentes que por el poco tiempo disponible no pudo darles la atención merecida a cada uno. Y ya colocada en la brecha, anunció otro reto, pero este sí que fue un fake total, el de ir a una residencia de ancianos y petarse a los residentes. Mucha prensa se hizo eco de este hecho, lo mismo que el anterior, pero el resultado fue que aparecieron varios actores veteranos caracterizados con más edad de la que tienen. No esperen que ni ella ni su compañera vayan a iniciar una carrera en el porno profesional porque otras que han venido antes desde el OnlyFans tampoco lo han hecho; más bien lo habitual es el camino contrario.
Poly Holiday Part 1
«Me acosté con 100 hombres en una jornada», el documental
Lily en la residencia de ancianos

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