Katrina Jade fue entre los años 2014 y 2020 una de esas estrellas del porno que no necesitaban presentación; más de 600 escenas, una espectacular presencia y una estética inconfundible con su pelo negro azabache, piel clara y tatuajes que evidencian de la pasta que está hecha. Entraba en una habitación y ya estaba dominando el cotarro antes de abrir la boca. Lo suyo era como una navaja suiza, lo mismo te hacía un girl-girl suave que un blowbang salvaje o un anal bien duro. Independientemente del formato, siempre rendía. Esa versatilidad le llevó a ganar el XBIZ a Performer del año en 2017, premio que aceptó riéndose de su propio tatuaje en su rostro, uno de los elementos que la diferencia. En 2024 se la vio paseando por el stand de Jules Jordan durante el AVN expo, tan impecable como siempre, pero, por lo que muestra en redes, no tiene ninguna intención de volver al porno profesional. Así que, mientras tanto, tocará tirar de retrospectiva y rezar para que los Reyes Magos nos regalen un come back épico de este manjar femenino.







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