Se han puesto últimamente muy de moda las tramas argumentales que muestran abiertamente chantajes y coacciones diversas para justificar el momento sexual, y el porno americano parece haber aceptado este tipo de historias con total tranquilidad, dedicándole incluso nuevas categorías en las entregas de premios de la industria pensada para galardonar específicamente polvos derivados de situaciones poco éticas. No obstante, sí hay una versión de esa seducción deshonesta más aceptable: cuando la figura de autoridad es la que cae presa del capricho de alguien con menos poder, como una muchacha seduciendo al padre de una amiga. Esa fantasía por algún motivo siempre funciona, y quien la lleva a cabo de forma estupenda es la guapísima Britney Light, que en My Dad, Your Dad Vol. 2 dejó indefenso a un Tommy Gunn acostumbrado a vérselas de todos los colores.
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