El arsenal pornográfico más clásico de las starlets cubanas suele tener que ver con la belleza y la morfología, pero sobre todo con la actitud: mujeres nacidas en una zona tropical a las que se les adivina un carácter desinhibido, festivo y siempre dispuesto a la diversión. Julianna Vega solo encaja parcialmente en ese perfil: en sus escenas no se le ve nunca en una situación de dominio, tampoco es especialmente guapa y ni siquiera en el mismo acto sexual hace despliegues aeróbicos digno de ser subrayados, pero sí goza de un cuerpo (a base de ejercicio, genética y cirugía) que es capaz de marear al más exigente, como en sus dos colaboraciones más recientes con Bangbros, ambas enmarcadas en el site Assparade.
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