Al contrario de otras actrices porno de apariencia cándida y cerdería velada y latente, poco atisbo de inocencia aparente podemos encontrar en la norteamericana de sangre irlandesa Kendra Cole. No en vano, nos evoca a la típica “guarrilla” de clase, cuyos compañeros de aula se turnaban en fila para meterle mano uno por uno. Luego vendría el hábito de fumar hierba, y esa evidente picardía y desdén libertinos la condujeron a posteriori por los derroteros esperados de la industria de las tres equis. Y es que la señorita Cole ya lleva bastantes años abriendo el ojete sin titubeos y sin ningún tipo de postureo ni presunción en los sets de rodaje. Ella simplemente se deja llevar durante la contienda sexual, se olvida de las cámaras y disfruta al máximo del sexo duro.
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