Apodada Ann Marie, Kathy Ayer nació en 1953 en un pueblecito de Illinois y fue poco después de empezar la universidad cuando decidió abandonar los estudios para perseguir su vocación como stripper. La popularidad de le dieron sus pechos enormes y su descaro sobre los escenarios de los clubes nocturnos de Florida terminaron por abrirle las puertas del cine gracias al gran Russ Meyer, que a mediados de los setenta le ofrecería varios papeles secundarios en películas como Supervixens o Más allá del valle de las Utra-Vixens, hasta que en los ochenta desapareció del mapa tras rodar un par de comedias eróticas de bajo presupuesto.
Beneath the Valley of the Ultra-Vixens (íntegra)
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