Tras un viaje por los cincuenta y los sesenta, hoy volvemos a los mucho más familiares setenta, una época de largas melenas lisas de hippy y tetas tipo misil de las que el mundo jamás ha vuelto a ver. Una perfecta representante de este paradigma podría ser Arlene Bell, que es una de las grandes tetudas de aquella década a pesar de que posó para revistas eróticas como Gem o Fling, donde la coronaron como su modelo favorita. A principios de los ochenta hizo alguna reaparición y volvió a desaparecer para siempre.
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