De la pasarela de moda al porno, Christy White pasó de rozar la gloria en “Greece’s Next Top Model” a convertirse en una reina sin complejos del cine X europeo. Rubia, alemana de nacimiento y griega de adopción (más o menos como el queso feta del Lidl), ha cambiado el modelaje por los festines sexuales en clave glamcore, y la verdad es que a la chica no le va mal. Acompañada con frecuencia por su partenaire exclusivo, Nek Sinner, un actor con más rabo que carisma, Christy reparte pasión entre Atenas, Praga, Marbella y cualquier lugar donde la reclamen. Su carrera en el porno no va nada mal, pues lleva más de 50 escenas, contratos con productoras premium como SexArt o el grupo Vixen, y una belleza natural que deslumbra. Pero no todo es cama y folleteo; también domina el pole dance en el club más caliente de Atenas, el Kinky Opera, donde se marca tres shows por noche dejando al turista medio babeando. Y cuando no está desnuda, se pone intensa con libros de psicología y poesía griega. Cerebro, curvas y coreografías. Dice que quiere retirarse en cinco años y formar una familia. Pero de momento, sigue subiendo la temperatura en sus escenas.

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