Parece que todo este rollo de los propósito para el año nuevo como ponerse a dieta, hacer deporte o dejar los vicios no van con la buena de Amy Winehouse. A juzgar por las fotografías tomadas en un hotel de Río de Janeiro donde descansa estos día antes de empezar su gira brasileña, uno diría que Amy sigue siendo la misma vieja Amy de siempre, esa que desayuna vodka y merienda whisky escocés. Y es que ya lo decía ella misma en sus letras: de centros de desintoxicación, nadita.
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