Recuerdo que cuando Anna Bell Peaks llegó al porno y se mostró desnuda no sabíamos hacia dónde había que mirar en aquel dispendio anatómico, artístico y estético que teníamos delante, como conejillos confusos y maravillados ante los faros de un coche en la nocturnidad de una carretera secundaria. Y sí, a nosotros también nos atropelló: nos atropelló el corazón. Aún ahora nos cuesta catalogarla: acaba de aparecer en MYLF, así que por extensión deberíamos considerarla MILF (37 años tiene ya cumplidos, poca broma, y está como una rosa), pero también lleva tatuajes como para meterla en el saco alt porn, y sin embargo lo que sobresale de entre todo ello es una sonrisa que derrite y una belleza natural imposible de disimular.
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