Ambar Lapiedra apenas lleva dos telediarios en el porno, pero ya está llamando la atención gracias a una mezcla difícil de encontrar, sensualidad, poderío físico y cabeza fría delante de la cámara— pero orificios calientes—. Nada de postureos forzados ni el efectismo o la superficialidad propios del gremio; simplemente está muy buena, hace su trabajo y no lo hace mal, más que suficiente como para hacerse notar en este mundillo. En debut, Beach Flirt, ya se pudo advertir su poderosa presencia bajo los focos y bastante soltura para ser su primera escena. Después vino un trío que confirmó la primera impresión. Le pillo el tranquillo al oficio rápidamente. Y claro, Julia Grandi no tardó en reclamarla para las producciones de Vixen, incluido un anal con Matthew Meier.
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