Valentina Bellucci, 38 tacos y un par de tetas que deberían llevar licencia de armas. La italiana apareció en 2020 con sus clips caseros, como quien juega a grabarse en el sofá, pero en realidad estaba trazando la emboscada perfecta; esto es, enseñar lo justo para que el porno profesional se la rifara. Y funcionó. Se fogueó primero en Evolved Fights, donde mezclaba llaves de lucha con polvo sudoroso, porque nada mejor estrangular a tu rival mientras te lo follas. Después cogió un vuelo a Las Vegas y en pleno periodo navideño debutó con Brazzers. Por supuesto, allí sus tetas operadas en forma de misiles se llevaron el protagonismo. En 2022 montó su propio estudio, Step House, dedicado a los guiones de familias chifladas con incesto de pega y polvo de verdad. Tres años después el invento sigue facturando mientras ella alterna rodajes con dirigir el cotarro.

Comentarios