Katerina Hartlova

Quizá tengamos en Katerina Hartlova a la mezcla más impactante que haya dado jamás el porno europeo entre pechos enormes naturales y rostro de una belleza perfecta y digna de las revistas de moda. No podía haber nacido en otro sitio que no fuese, evidentemente, la República Checa, cantera histórica de mujeres despampanantes tanto en la industria del porno como en el mundillo del erotismo softcore. Por suerte Katerina estuvo en ambos y nos da alegrías de ambos tipos de intensidad desde su llegada, con solo 19 años, al negocio del entretenimiento para adultos.

No fue fácil: dice que cuando sus fotos empezaron a circular entre los estudios y comenzó a recibir llamadas y a rodar porno, sus familiares y amigos no tardaron mucho en averiguar en qué estaba metida y tuvo problemas con ellos que le forzaron a dejar la profesión prematuramente. Al parecer con el paso del tiempo la cosa se tranquilizó, y unos meses después de retirarse volvió con energías renovadas y muchas ganas de triunfar. A medida que fue trabajando se dio cuenta de que el hardcore, a pesar de ser parte importante de su tarea, no le gustaba demasiado (quizá porque se expuso a escenas tan sacrificadas como un par de bukkakes organizados por Torbe), así que es una faceta a la que vuelve de vez en cuando pero procura dosificar y que casi siempre lleva a cabo en compañía de su novio y padre de su hijo.

Y es que este es otro tema interesante: Katerina es una de las pocas profesionales con el estatus de estrella del porno que se ha atrevido a seguir trabajando durante su embarazo, aprovechando los cambios físicos experimentados en su cuerpo para explorar otros nichos menos convencionales, algo que habla muy bien de su carácter abierto y su compromiso con su propio oficio.