Holly Michaels

Alta de una voluptuosidad natural (vamos: unas tetas de campeonato), Holly está llamada a ser una gran estrella del porno desde el mismo día en que debutó. Sus medidas perfectas, su rostro de vecinita traviesa y sus magníficas capacidades aeróbicas ayudan, pero donde Holly destaca es en una actitud desenfada y extremadamente simpática cuando se trata de meterse una polla donde haga falta.

Ella misma admite, además, que antes de entrar en el negocio ya era muy promiscua y que había mantenido relaciones con hombres, con mujeres y hasta de la bigamia más envidiable. No en vano se considera hippy, hedonista, muy sensible y bisexual cerrada (le da exactamente lo mismo hombre que mujeres), aunque tiene cierta debilidad por los negros, ya que hace relativamente poco que lo probó y ya sabéis lo que dicen: once you go black, you never go back. Por suerte Holly va en todas direcciones a la vez y los entendidos aseguran que podría convertirse en una top pornstar y tomar el relevo de dos grandes como Gianna Michaels y Naomi Russell.