Consejos para follar por el culo

Conseguir que tu novia se deje follar por el culo es una de las tareas más difíciles por las que cualquier tío puede pasar en una relación, sobre todo si la chica no ha pasado por una experiencia así. Siempre va a ser preferible antes de ponerse manos a la obra seguir unos consejos para tener sexo anal por primera vez. Pero, ¿Por qué a los tíos nos gusta tanto dar por detrás? Los chicos lo saben muy bien. Está claro que el ano es un orificio bastante más estrecho que la vagina y eso supone una mayor fricción en el pene, por lo que puede provocar un placer increíble y un orgasmo aún más impresionante. Ahí va la segunda pregunta:

¿Por qué las tías en general no quieren al principio recibir un “homenaje anual sin la U”? En principio es un misterio, y son ellas las que deberían responder a esta pregunta, pero también cabe decir que muchas de las que lo prueban experimentan una sensación única. Quizá sea el asco, ya que por ahí es por donde se defeca, ya se sabe, por mucho que una se limpie después de evacuar puede tener el recto algo sucio, y si la penetración se hace sin condón (es muy recomendable usarlo en estos casos) el pene puede salir algo más oscuro de lo que entró, vaya. Después de esto, es lógico que no pensemos en pedir una felación porque podemos recibir una respuesta desagradable… Pero mejor dejar a un lado cualquier asunto escatológico y pensar en la hipótesis más compartida: el dolor.

Incluso pensando en la utilización de un lubricante, una penetración anal, aun no siendo la primera vez puede resultar muy (insisto) muy dolorosa para ella si no se hace una correcta lubricación del pene y del orificio rectal. Muchas parejas suelen optar por la lubricación a base de saliva, la cual resulta a veces ineficaz, ya que si no se realiza la penetración inmediatamente, ésta se seca y el desgarro puede ser monumental, con el consecuente dolor, y probablemente la dificultad para sentarse en algunos días. Otra opción que muchas personas toma es la lubricación a base de flujo vaginal, aprovechando una previa penetración vaginal con la que el pene queda embadurnado con dicho flujo. También requiere que se penetre al momento, porque el flujo vaginal también se seca rápidamente. Esta última opción sólo es válida si la chica lubrica en cantidad, porque ya sabemos que algunas pueden tener problemas de sequedad (y por tanto necesiten lubricación artificial también para el coito vaginal).

Se puede decir que haciendolo bien (usando un producto recomendado para la ocasión), follar por el culo es un acto muy gratificante para ambos, y tanto él como ella pueden experimentar unos orgasmos de fábula. Es lógico que la chica sienta más placer por la vagina, es donde se encuentra su punto “G”, aunque de esta otra manera también se disfruta mucho, y ya si la cosa se tercia y logramos que acepte estimularse el clítoris o la vagina con algún juguetito mientras la penetramos por el ano puede ser un auténtico paraíso para ella. No es muy común (y en la mayoría de los casos, incluido el mío, es algo impensable) que ese juguetito sea la polla de un tercer miembro, pero si cabe en la mentalidad de la pareja podría darse una doble penetración, como hemos visto en numerosas películas.

Es cierto por tanto que un gran número de chicas son reacias a tener este tipo de relaciones. Normalmente es raro que se dé en una relación donde alguno de los dos sea, por llamarlo de alguna manera, un “principiante”, y no haya experimentado muchas cosas nuevas en esto. Es por eso que la idea puede surgir ante la necesidad de probar otras experiencias y posturas para no caer en la rutina. Con esto quiero decir que si hay algún chico que haya hecho “casi de todo” y esté empezando con alguna chica que no haya follado demasiado o, quién sabe, sea vírgen aún, le aconsejo que no intente darle por el culo ahora porque no solo es probable que se lleve un chasco, sino que además ella piense que es un degenerado o un guarro (pensamiento muy normal en este tipo de chicas), y que espere a que el sexo se convierta en algo natural y normal (¡ojo! no rutinario) en la pareja, y que ella sepa disfrutar de él sin reparos, sintiendo atracción por las experiencias no exploradas aún.

De la misma manera digo que las chicas que hayan sabido disfrutar del sexo anal lo practican con normalidad, conjuntándolo con el vaginal, el oral y todo lo imaginable, haciendo de las relaciones sexuales momentos mágicos y brindando a los chicos orgasmos apoteósicos. No hace falta decir que es por eso que en las parejas homosexuales masculinas el pasivo debe disfrutar como nadie (digo que debe porque yo no lo soy y por tanto no sé lo que se siente), ya que todos sabemos dónde se encuentra el punto “G” masculino (y si alguien no lo sabe está en la próstata, y se accede a él a través del ano), ese punto tan desconocido para muchos chicos heterosexuales (entre los que confieso me encuentro) que no toleran que su chica le toque para provocarles un intenso placer sin ni siquiera tocarles la polla, tan sólo con meterles un dedito (o alguno de sus juguetitos…) por el culo. Quién sabe si algún día haya que probarlo. Tengo que decir que conozco gente que lo ha probado y les encanta, y son por supuesto heterosexuales, así que desde aquí animo a los chavales a que prueben a dejarse tocar el punto “G” por su chica y me cuenten qué tal va. De momento, si tu chica se deja follar por detrás y le gusta igual que a tí, disfrutadlo, y si no lo has probado y tienes ocasión, créeme que vale la pena.

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